(1883-1973)
Nació en Forfar, Escocia. Hijo de un maestro de primaria rural, de carácter tímido y poco aficionado a los libros, quien adoraba trabajar con las manos. Estudió en la Universidad de Edimburgo y obtuvo su licenciatura en 1912. Trabajo como maestro en el sistema público, pero pronto surgió su descontento con la educación tradicional. Ante lo cual, este educador escocés defendía el fin de la jerarquía y la rigidez, como medio de formar individuos libres y creativos. El contexto en que se desarrollo su pensamiento se sitúa después de la Primer Guerra Mundial, en donde doctrinas totalitarias como el fascismo, el nazismo y el comunismo provocaron que diversos pensadores clamaran por la libertad de pensamiento y de acción.
Hombre práctico y poco afecto a las teorías, desarrollo sus ideas pedagógicas basándose en el filósofo humanista Jean Jaques Rousseau (1712-1778) quien creía e la bondad innata del hombre. Así como los estudios de psicoanalistas como Sigmund Freud (1856-1939) y Wilhelm Reich (1897-1957), lo llevaron a delinear su sistema educativo. Para Neill, la educación debía trabajar básicamente con la dimensión emocional del alumno, para que la sensibilidad sobrepasara siempre la racionalidad. Él creía que la racionalidad con los padres, con su natural sobreprotección, impedía que los hijos desarrollaran la seguridad suficiente para reconocer el mundo, y sea de forma intelectual, emocional o artística. Por eso, los alumnos de la escuela Summerhill, de la cual fue fundador, tenían que permanecer allí y recibían la visita de sus padres de forma esporádica. Una frase resume esto “los creadores aprenden lo que desean aprender. No sabemos cuanta libertad de creación matan las salas de clase”.